Francisca es una mujer inspiradora. Es pura luz que cuando la ves y la escuchas, te dan ganas de brillar a tí también. Solamente por la dulzura de su voz y la pasión que transmite en lo que dice, su curso online Abrirse al Amor merece la pena. Como un oasis de paz en medio de esta locura de vida que vivimos.
Y es así, desde el silencio y en intimidad, cuando se detienen sus palabras para que descifres el mensaje que quieren regalarte.
La primera vez que vi este curso en su web, pensé que no iba conmigo. Lo asociaba únicamente al Amor romántico, para buscar o mejorar la relación de pareja. Yo creía que mi problema no tenía nada que ver con el Amor, sino con mi relación con el dinero y el trabajo. Buscaba respuestas porque estaba perdida y cansada de luchar con la vida, de esforzarme sin tener recompensa. Sentía una profunda sensación de fracaso y de frustración, que me había llevado a invalidarme no sólo como profesional, sino como persona. Me creía víctima de la mala suerte, débil, impotente e incapaz de encontrar una salida. Demasiado pequeña como para pararse a mirarme.
Había probado con Mindfullnes, meditación, terapia psicológica, constelaciones familiares, y aunque mejoraba temporalmente, no terminaba de sentirme bien. Ahora comprendo que era porque buscaba la solución fuera, y no dentro de mí.
Y así, buscando alternativas, pedí una cita con Francisca para hacerme una lectura de Registros Akáshicos. Tenía miedo. Para mí era algo absolutamente desconocido. Sin embargo, fue una experiencia muy reveladora que me llenó de Paz y me dio la confianza y la fuerza que necesitaba.
Y tras unos meses trabajándome, comprendí que este curso SÍ era para mí. Es más, era exactamente lo que estaba buscando para sentirme mejor; quererme. Porque el Amor es la semilla que hace que todo florezca, da igual que sea pareja, trabajo o cualquier otra cosa… Es lo que nos puede dar la fuerza para superar los retos que nos encontramos en el camino.
Y así, poquito a poco, a través de audios y vídeos, voy obteniendo mis respuestas y cambiando mi forma de ver la vida.
Estoy aprendiendo a mirarme de otra manera y a quererme a pesar de todo, despojándome de expectativas y creencias que no me sirven. Estoy aprendiendo a darme el valor que me merezco y a quererme incondicionalmente, aunque me siga equivocando, sin compararme, ni fustigarme, sin supeditarlo a mis ganancias, a las opiniones o a las circunstancias que se den.
Y aunque me queda mucho por andar, ahora sí sé que estoy en el camino y tengo ganas de continuar.
Muchas gracias Francisca.